El tiempo de vida de una persona se divide en derechos y obligaciones. Nos cuesta asumir que ser feliz es un derecho que todos merecemos. Para empezar a recorrer el camino que nos lleve a una felicidad, debemos empezar por pensar en nosotros mismos. Nadie podrá ser feliz si no tiene amor propio y si no reconoce aquellas cosas que le hacen feliz. Si usted piensa en las cosas que le hacen feliz, podrá conocerse mejor a si mismo. Pensar en nuestros deseos y en nuestras necesidades hará que pensemos en aquellas cosas que nos provocan satisfacción y así podremos incorporarlas en nuestra vida con mayor facilidad.
Los humanos tendemos a tener muchos objetivos en nuestra vida y en general le otorgamos prioridad a aquellos objetivos que no nos sirven para crecer en nuestra felicidad. Aclarar cuáles deben ser las metas y propósitos será sin dudas una manera de poner orden y comenzar a preocuparnos por lo que realmente importa.
Sea curioso. Explore en su interior y conozca acerca de sus deseos. Esa búsqueda de la felicidad tiene que desterrar de nuestra vida cotidiana los pensamientos negativos y permitirnos encarar cada mañana con una actitud positiva. Las actitudes felices contagian al entorno y los demás lo retribuirán con el mismo espíritu que usted exprese. Un pensamiento optimista será la semilla para fortalecer y crear nuevos vínculos personales.
La felicidad sólo será posible si vive el presente y lleva una vida sana. No se preocupe por el pasado ni por el futuro. Son variables que no puede manejar. No se tome la vida demasiado en serio; aprenda a reírse de usted mismo y sacará provecho de sus errores.
En su lugar de trabajo, aprenda a delegar tareas y a pedir ayuda cuando la necesite, a escuchar y encajar bien las críticas, a evitar los rumores de pasillo y a tener una actitud positiva frente a los pensamientos negativos. Esas simples ideas lo harán una persona más productiva y más relajada, obteniendo un doble beneficio.
Un buen principio para ser feliz es saber que no puede controlar todo a su alrededor. Una vez que pueda internalizar ese concepto, seguramente se sentirá aliviado.
Las personas felices deben perseguir un lema simple: problema sin solución deja de ser problema. Así que intente preocuparse solamente por aquello que pueda solucionar, sin que su cuerpo y su mente sufran el desgaste.
Aprenda a disfrutar de las cosas simples de la vida. Si entiende eso, habrá dado un gran paso en la búsqueda y consecución de la felicidad.
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